El estudio, en colaboración con el CSIC, podría permitir una detección temprana del virus y ayudar en las estrategias de salud pública para implementar posibles medidas de prevención
22/05/2020
El Gobierno de
Navarra, a través de los departamentos de Cohesión Territorial y Universidad,
Innovación y Transformación Digital, va a iniciar la próxima semana una
investigación para determinar la presencia
del virus COVID-19 en las aguas residuales. Para ello ha suscrito un
convenio de colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
El director
general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mª Rodríguez, ha
presentado hoy este proyecto junto con los directores de las empresas públicas
NILSA y NASERTIC, Fernando Mendoza e Iñaki Pinillos, respectivamente. “Las
aguas residuales se revelan como una fuente de valiosa información y el
objetivo es que podamos determinar si a través de su análisis se advierte la
presencia del virus, incluso antes de que la infección sea detectada mediante
otros indicadores, de forma que contemos con un método de detección temprana e
incluso por zonas territoriales”, ha detallado Rodríguez.
Sistema de alerta temprana
Varias
publicaciones científicas demuestran que el SARS-CoV-2, causante del COVID-19,
se excreta en heces de personas tanto diagnosticadas como asintomáticas, y su
material genético se ha detectado en muestras de aguas residuales en diversos
países. La detección rápida en estos casos constituye una herramienta crucial
para alertar de la circulación del coronavirus en una comunidad a partir del
estudio de sus aguas residuales.
En el mejor de
los casos, el proyecto podría derivar en la creación de un sistema de alerta
temprana donde se detectarían indicios de presencia de COVID-19, o de posibles
futuros virus presentes en las aguas residuales, en conjuntos de población,
pudiendo actuar rápidamente sobre la zona para el aislamiento de los casos
positivos. De esta forma, se evitarían contagios o incluso nuevas recaídas.
Además, se
está trabajando en la incorporación de NAITEC y de la Mancomunidad de la
Comarca de Pamplona a este proyecto, con el objeto de incluir procedimientos de
Inteligencia Artificial y aumentar el rango de alcance del proyecto. La unión
de estas cuatro entidades, además, contribuirá a consolidar el ecosistema de
I+D+i de Navarra.
Procedimiento
El Estudio
de la prevalencia y concentración del RNA del SARS-CoV-2 en aguas residuales contemplará
el análisis de trece muestras semanales durante cuatro semanas. La selección de
las depuradoras objeto de estudio se ha hecho en función de los tratamientos de
depuración y de la incidencia que ha tenido el virus en la zona, y son las
siguientes: Pamplona / Iruña, Tudela, Tafalla, Estella-Lizarra y Artajona. Otro
punto de gran interés en el que se trabajará es el colector del Hospital Reina
Sofía de Tudela, ya que recoge el caudal del centro sanitario en un único
colector diferenciado.
Estas muestras
serán analizadas posteriormente en los laboratorios de NASERTIC, que ha sido
recientemente capacitado por el Instituto Carlos III y el Ministerio de Ciencia
e Innovación para la detección del virus COVID-19 en muestras de diagnóstico
clínico.
De esta
manera, se determinará la posible presencia de material genético del virus en
el agua de entrada de diferentes depuradoras, así como tras los tratamientos de
depuración.
Objetivo y coste
El objetivo
del estudio es doble: por una parte, conocer si la detección del material
genético puede emplearse como herramienta de detección de la presencia del
virus en las poblaciones que vierten a esas instalaciones y, por otra parte,
determinar los tratamientos de depuración eficaces para la eliminación del virus
en las aguas residuales para usos posteriores. En este sentido, se ha destacado
que las investigaciones y análisis llevados a cabo hasta el momento determinan
que tras su tratamiento, el agua depurada no presenta ningún problema de
salubridad en relación con la propagación del virus.
Esta primera
fase del proyecto tiene un coste de 8.899 euros, financiados por NILSA, y
tendrá una duración de tres meses, ya que incluye orientación posterior al
trabajo de campo realizado durante las primeras semanas y la elaboración de
informes finales de los trabajos realizados. También participará en el estudio
la empresa pública GAN/NIK durante la fase de toma de muestras.
Esta
iniciativa se enmarca en la apuesta del Gobierno de Navarra por hacer frente a
la pandemia con la innovación a través de diferentes perspectivas.