Unos pocos conceptos tomados de "La agroecología: hacia un nuevo modelo agrario"
"La agroecología: hacia un nuevo modelo agrario"
Autores: Daniel López García y Mireia Llorente Sánchez (Ecologistas en Acción)
agricultura.ecologica@ecologistasenaccion.org
Edita: Ecologistas en Acción
Marqués de Leganés 12, 28004 Madrid
Tel. 915312739 Fax: 915312611
www.ecologistasenaccion.org
Edición: marzo 2010
ISBN: 978-84-936785-2-4
Depósito legal: M-13339-2010
"La agroecología es una propuesta que une los conocimientos tradicionales de agricultores, campesinos e indígenas de todo el mundo con las aportaciones del conocimiento científico moderno, para proponer formas sostenibles de gestión de los recursos
naturales. Por un lado, la agroecología propone formas de desarrollo rural sostenible
basadas en el conocimiento tradicional, el fortalecimiento de las redes sociales y
económicas locales (no sólo agrarias), los mercados locales y un manejo integrado
de agricultura, ganadería y silvicultura. Por otro lado, desarrolla técnicas de manejo
agrario basadas en la recuperación de la fertilidad de los suelos; el policultivo y las
variedades y razas agrarias locales; y en general en un diseño de las fincas basado en la
mayor diversidad posible de usos y en la eficiencia en el uso de los recursos locales. La
agroecología incorpora a la agricultura ecológica pero va más allá, integrando aspectos
sociales como formas de comercialización justas para consumidores y productores, y
aspectos ecológicos como el manejo de la biodiversidad."
"La idea de la agroecología propone nuevas formas de organización de los pequeños
productores ecológicos con los muchos grupos y cooperativas de consumo de todo
el territorio. Estos grupos, si bien alcanzan una escasa importancia económica (unas
1.500 familias en Euskadi, 1.200 en Andalucía, 1.000 en Catalunya, en la Comunidad
de Madrid o en la Región de Murcia), suponen un importante movimiento social por
su amplia implantación territorial, su crecimiento constante, y la diversidad de formas
que adopta. Los colectivos más ideologizados y los más organizados están abriendo, a
su vez, importantes espacios de encuentro, reflexión y movilización en aspectos como
el consumo o el mercado agroalimentario –de lo local a lo global–, o en temas más
concretos como el de las semillas y el de los transgénicos. Estos dos nuevos movimientos son interesantes ejemplos de movilización social que encontramos actualmente
alrededor de la agroecología."
"La agroecología y la soberanía alimentaria están permitiendo construir un movimiento social que aúna a muy diversos grupos sociales en torno a un pacto social por la agricultura social, local y sostenible, y por un mundo rural vivo. Este movimiento crece a
gran velocidad y supone un interesante espacio de encuentro entre movimientos y
organizaciones sociales, que encuentran en las propuestas que aquí hemos mencionado formas de dar vida a sus grupos en el cotidiano y en los territorios, alrededor de
una actividad tan central como la alimentación. A partir de lo expuesto, se trata de
seguir trabajando en profundizar en lo local, y a la vez de ir conectándonos hacia lo
más global para, desde nuestras limitaciones y con nuestras potencialidades, construir
alternativas de vida contra la globalización capitalista y los acuciantes problemas que
genera."
Algunas ideas que pueden dar pistas acerca de cómo construir la soberanía alimentaria en el día a día de nuestra localidad:
- Manejo agroecológico. La agricultura ecológica aporta innumerables beneficios ecológicos en sus formas de producción, al eliminar el uso de sustancias químicas de síntesis, pero debemos ir mucho más allá, hacia modelos agrarios verdaderamente agroecológicos. La agroecología propone procesos integrales de desarrollo local sustentable basados en el aprovechamiento de los recursos locales y el cierre de ciclos ecológicos; el manejo de la biodiversidad como principal recurso para la estabilidad y riqueza de los ecosistemas; el conocimiento tradicional campesino; los mercados locales y la búsqueda de la justicia social y la diversidad cultural.
- Por la biodiversidad cultivada. Las variedades vegetales y las razas animales creadas por las sociedades campesinas han permitido obtener alimentos en una gran variedad de ecosistemas y sobre la base de la gran diversidad de culturas que hay en el mundo, y son un seguro de vida colectivo frente el cambio climático. Las multinacionales semilleras están controlando los bancos de semillas públicos y cambian las leyes para controlar una biodiversidad que es patrimonio de toda la humanidad. Y sus semillas transgénicas nos traen el peligro de contaminar toda esta riqueza genética. Debemos impulsar la libre circulación e intercambio de material genético por medios tradicionales y eliminar los cultivos transgénicos, ¡porque la coexistencia entre estos cultivos y la agroecología es imposible!
- Por una alimentación con menos carne y por la ganadería extensiva. El modelo industrial de ganadería es altamente contaminante, se basa en los piensos transgénicos y está generando graves problemas sanitarios para los humanos. Además, en la actualidad se consume demasiada carne, y sabemos que producir un kilogramo de carne consume 10 veces más recursos que las mismas calorías de origen vegetal. Sin embargo, el pastoreo y otros usos del campo son necesarios para mantener la diversidad paisajística y de ecosistemas, y para proteger los bosques del fuego u otros peligros ecológicos. La legislación de protección de espacios naturales debe reconocer su papel y facilitar las formas tradicionales de manejo extensivo que sean sostenibles. Por su parte, la normativa sobre industria agroalimentaria no diferencia a Campofrío o El Pozo de una quesería tradicional de Picos de Europa, haciendo imposible que las pequeñas explotaciones puedan obtener ese valor añadido de sus producciones primarias. Y es la pequeña industria artesanal la que mantiene la diversidad de usos del campo y el empleo en actividades sostenibles en el medio rural.
- Para recuperar las producciones agroecológicas sostenibles. En cualquier caso, los/as consumidores/as debemos buscar formas directas de relación con la producción (en asociaciones de consumidores, mercados locales, etc.) para eliminar intermediarios y permitir que los precios bajen para el consumo y se queden enteros para los y las productoras; y para que cubran los verdaderos costes (sociales y ecológicos) de la producción. También debemos apoyar a toda la gente que hoy en día se plantea volver al campo y cultivar la tierra, ya que cada vez quedan menos agricultores y agricultoras. Hay que volver a producir para que no se pierda el trabajo y el conocimiento acumulados durante siglos por las sociedades campesinas adaptando semillas, bosques y vegas; construyendo acequias, norias, molinos y caminos; y desarrollando el conocimiento y las instituciones que han permitido históricamente el uso sostenible de los recursos naturales de forma comunal. Hay que sacar la agricultura de los tratados multilaterales para la liberalización del de comercio global, para proteger las pequeñas producciones locales en todo el planeta.
Una experiencia cercana: El colectivo agroecológico EHKO
El colectivo EHKO es una iniciativa de identificador de las
fincas y granjas que apuestan por la agroecología en Euskal Herria, que tiene
en cuenta, además del modelo productivo, criterios de cercanía, sociales y
culturales. A día de hoy, más de 60 productores/as de toda Euskal Herria ya han
obtenido el identificador EHKO, que busca ir más allá del sello ecológico
europeo –basado exclusivamente en el modelo de producción y manejo– y tener en
cuenta también la relación de la finca con su entorno, incorporando criterios
de proximidad, sociales, económicos y culturales que reflejan la apuesta de las
granjas por la agroecología y las diferencian de la producción ecológica
industrial.
Para identificar el modelo de producción basado en
la agroecología, el colectivo EHKO realiza un detallado seguimiento de los
procesos de producción, así como de los productos que compran a sus proveedores
con el objetivo de que cada uno de los componentes que se utilizan en el
proceso tengan origen ecológico. Así, el nuevo identificador viene a garantizar
que se trata de granjas ecológicas en su totalidad, que es una agricultura
ligada a la tierra, que rechaza el uso de transgénicos y que impulsan la toma de
decisiones de los agricultores en el proceso de producción.
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