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El bajo gasto social en vivienda provoca unos desajustes
que
sobrecargan otras prestaciones del estado del bienestar,
como son la
educación y la sanidad pública. Explicamos por qué en este artículo.
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 Desde el comienzo de la crisis económica se está
produciendo un descenso acelerado de jóvenes propietarios: hoy apenas el
26 % de los menores de 29 años tienen un piso en propiedad, frente al 54
% del 2008. Analizamos causas y consecuencias de este cambio.
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